La mayoría de negocios tuvieron que reinventarse ofreciendo nuevos menús, rebajando precios, trabajando con menos empleados y sirviendo comida para llevar.
Fue el 15 de marzo cuando el gobernador Gavin Newsom, instruyó que se cerraran completamente los bares y clubes nocturnos. A los restaurantes pidió seguir laborando pero sin comensales, sólo con servicio a domicilio y para llevar.
En Downey, como en el resto del estado y del país, los negocios vieron afectadas sus operaciones normales de una forma lamentable.
Algunos cuantos han sobrevivido al estremecedor cambio, otros en el camino tuvieron que cerrar, pero hubo algunos que hasta tiempo de apoyar a la comunidad tuvieron.
Don Chente
Platicamos con Vicente Ortiz, de la cadena “Don Chente” quien nos comenta cómo han tenido que lidiar la crisis de salud: “Nos hemos tenido que adaptar a las regulaciones que nos han dado… ahorita sólo tenemos algunos restaurantes abiertos con comida para llevar«.
Sin embargo Ortiz se muestra optimista: “Pero estamos preparados para reabrir con diferentes restricciones que seguramente nos dará el estado y el Departamento de Salud”.
Los restaurantes de la familia Ortiz, como; El Pescador, Tacos Don Chente, Ola, Limón y Sal, Don Chente Bar & Grill, han tenido que reinventarse para sobrevivir. Iniciaron relaciones laborales con varias compañías de reparto a domicilio y los pocos empleados que continúan trabajando aprendieron a empaquetar las comidas.
Respecto a su equipo de trabajadores, el chef Ortiz comenta: “Yo en lo particular opero cinco restaurantes y tengo 250 empleados, de los cuales solo tengo trabajando a 25 (el 10%), pero tengo la esperanza de que una vez que volvamos a abrir vamos a empezar a regresar poco a poco a esa gente que tuvimos que descansar”.
No obstante que la pandemia ha afectado económicamente a los negocios del chef Ortiz, Vicente se ha dado el tiempo, junto con otros empresarios latinos restauranteros, como Juan Sanjuan III, de Gloria´s Restaurant, el chef George Caldera, chef Rocío Camacho, además de patrocinadores y voluntarios, de ayudar a su comunidad.
Fue así que a finales de marzo se juntaron y comenzaron con la titánica labor de obsequiar despensas y comida, al menos una vez a la semana, para hasta 1,500 personas en diferentes comunidades.
“Yo creo que el ayudar está a la altura de cualquier persona, todos podemos ayudar. A nosotros nos toca de la manera más bonita: alimentando a nuestra gente”, concluye Ortiz. Corresponde
Bastards
En entrevista para Downey Latino, Nick Vélez, uno de los propietarios de Bastards, bar con venta de comida en el centro de Downey, nos cuenta también cómo han tenido que enfrentar los cambios inesperados a raíz de la pandemia mundial por el Covid-19.
“La Ciudad y los negocios no estábamos listos para enfrentar ésta crisis al principio. Pero hay buena comunicación entre varios de los comercios de ésta área del centro de Downey y entre todos nos apoyamos de alguna manera”, nos confiesa Vélez.
Acerca de los fondos de ayuda económica gubernamental que se han aprobado para los comercios, Vélez afirma que ya han solicitado algunos, pero lamenta que la respuesta es muy lenta: “Hemos visto que los negocios pequeños han tenido más dificultad para obtener esa ayuda… no es tan fácil”.
Por último, Nick se dice listo para reabrir al público: “Estamos preparados para reiniciar cuanto antes. La gente que regrese va a observar todos nuestros cambios que tuvimos que hacer… lo único que no cambia es nuestra filosofía basada en los veteranos, la comunidad, los militares, el rock”.
The Olive
Otro negocio de comida, que también sufrió el embate de la crisis de salud mundial, fue The Olive Restobar, propiedad del matrimonio Sarofeem, Sam y Guadalupe, con quienes pudimos charlar un poco.
“Seguimos abiertos sólo con órdenes para llevar, catering, servicio a domicilio y a oficinas. Tratamos de conservar los empleos de la mayoría de nuestros trabajadores. Son un tiempos difíciles”, comenta Sam Sarofeem.
Las ventas han bajado drásticamente para el negocio, pues Sarofeem detalla: “En fines de semana nos bajó hasta un 80 por ciento, pero entre semana alcanza el 85 por ciento menos de las ventas que regularmente tenemos”.
Al igual que en los otros restaurantes, The Green Olive y The Olive han tenido que descansar a casi la mitad de sus empleados y hacer estrategias de ventas para seguir subsistiendo en la crisis de Covid-19.
“Hemos tenido que hacer ajustes en la carta y crear un ‘menú para la comunidad’ con precios entre 25 y 30 por ciento más bajos de lo normal y otros platillos hasta con 50 por ciento de descuento”, finaliza Sam.
Lo cierto es que los tres restaurantes que visitamos, han visto disminuidas sus ventas dramáticamente, han tenido que quedarse con menos empleados, elaborar estrategias de ventas pero, se han dado el tiempo de ayudar de alguna manera a sus empleados y la comunidad que los rodea, así como enfrentar contundentemente a la crisis.
FRASE
“Éste viene siendo el parte aguas de cómo era antes el servicio de restaurant y cómo va a ser de aquí en adelante”. Vicente Ortiz, empresario restaurantero.