Redacción
Robert Plant lo tiene claro: el futbolista mexicano Raúl Jiménez es el mejor delantero centro que podría haber encontrado su equipo del alma, el Wolverhampton Wanderers FC, de la liga Premier inglesa.
Y es que el vocalista del extinto Led Zeppelin no se pierde jamás un partido de los llamados Wolves.
«Bueno, estoy encantado con el mejor número 9 que hemos tenido, y es mexicano. Me parece que (Raúl) Jiménez es una de las mejores adquisiciones que ha hecho el club y siento que tiene un futuro brillante. Mi pasión por el futbol ha ido in crescendo y seré el mayor fan de este club hasta el final de mis días», asegura el rockstar, de 72 años, en entrevista exclusiva.
Este «Lobo», como se denominan los seguidores del Wolverhampton, asegura que a México le tiene especial cariño porque sus seguidores no lo olvidan, y se lo hacen saber de muchas maneras: con mensajes en redes para su casa discográfica, plantones en su hotel cuando visita el País, comentarios en su podcast y cartas que le mandan incluso a la comisaría del municipio donde radica.
Asimismo, muchos fans de todo el mundo anhelan que los sobrevivientes de Led Zeppelin se reúnan para una última gira o proyecto conjunto, pero se trata de sueños guajiros o prácticamente imposibles. Al menos, en la percepción del legendario icono.
Desde aquella reunión que el inglés plasmó en el filme Celebration Day, con Jimmy Page y John Paul Jones, en 2007, las oportunidades de otro reencuentro han ido disminuyendo. Y luego de que la banda fue homenajeada por el Kennedy Center, en 2012, de manos del Presidente Barack Obama, la comunicación ha sido nula, como lo cuenta.
Dice que ha pasado casi toda la última década residiendo en su finca de Worcestershire, Reino Unido, y aunque no se molesta ni inmuta por tocar el tema de la banda, famosa por «Stairway to Heaven» y «Whole Lotta Love», le resta importancia a todo lo que sigue generando.
«Sinceramente, no sé por qué sueñan y sueñan con una reunión, lo cual no creo que se dé, al menos no está en mis planes. Hace muchísimo tiempo que no sé de ellos, es más, ya ni nos enviamos postales de Navidad. No hay (contacto)».
«Estoy en un punto de mi vida en que veo el futuro, ya soy grande, maduro, y pienso en lo que quiero disfrutar hoy en día. Soy feliz aquí, en mi finca, en mis conciertos y haciendo música. No vivo de añoranzas, no vivo de pasados que no se pueden revivir, no vivo de lo que otros sueñan que haga yo hago lo que yo quiero«, sentencia el intérprete, en enlace telefónico.
Y a la mitad de la charla, de media hora, reacciona, casi gritando, en forma curiosa.
«Lo siento, lo siento, es que tengo toros y vacas y no los puedo callar«. Así le sale del alma disculparse por los mugidos de una vaca que, al parecer, lo «acecha».
«Tengo un toro muy bravo que anda merodeando por aquí y a veces nos saca de control«. Se nota muy relajado. «Imagina, obtengo leche fresca todos los días, y huevos; sé cocinar y aprecio tanto poder tener productos naturales y frescos«.
En sus ratos libres, si no está ocupado en jardinería, horticultura o gastronomía, ve documentales o futbol y escucha jazz y blues setentero.
Así de sencilla es la vida del mítico vocalista, compositor y productor, quien estrenará el recopilatorio doble Digging Deep: Subterranea el 2 de octubre, con 27 tracks esenciales de su carrera en solitario más tres temas inéditos.
El título proviene del podcast que graba desde 2019 y en el que relata anécdotas y revive sus canciones, disponible en varias plataformas.
*Con información de Grupo Reforma.