Detractores del proyecto Ojos Locos Sports Bar que se manifestaron el sábado pasado, sospechan que la licencia municipal que otorgó Downey fue a base de sobornos
Por: Carlos J. Casillas G.
Con todo y el aire frió que calaba en los rostros, una veintena de personas, incluyendo dos masculinos, se reunieron el sábado 5, al filo de la 1:00 de la tarde sobre el bulevar Fireston esquina con Dolan, donde alguna vez operó el restaurante Denny’s.
Desde días atrás, se había desatado una polémica en redes sociales por cierta información y fotos que otro periódico local había publicado en un artículo.
Incluso una madre de familia de nombre Marcella, estuvo convocando en Redes Sociales a todos aquellos que estuviesen en desacuerdo con la próxima inauguración de lo que será el primer bar de la cadena Ojos Locos en California, el cual promete generar 120 empleos aquí.
Por lo anterior, 18 femeninas y dos masculinos atendieron al llamado y protestaron en la esquina donde se realizarán los trabajos de reconstrucción, para que a finales de este año, según cálculos del corporativo, se inaugure el sports bar que contará con atención de meseras en atrevida vestimenta.
Acusan que hubo sobornos
Lupita, una de las asistentes a la protesta y residente de Downey desde hace 40 años, declaró que el problema nació desde la sospechosa aprobación que dió el Ayuntamiento de Downey para que este negocio obtuviera su licencia comercial.
“Estamos completamente en contra de que este negocio se establezca aquí en Downey”, comenta Lupita. “Los residentes no somos tontos. Esta gente (corporativo Ojos Locos) tiene tanto poder, tanto dinero como para haber convencido a los miembros del Concejo y los comisionados de Planeación de otorgarles el permiso”.
Para sustentar su sospecha, Lupita pone el ejemplo de un propietario de una pizzeria en la ciudad que ha batallado para conseguir los permisos municipales de Downey para abrir otros establecimientos.
“El señor nos platica que el Concejo y la Comisión de Planeación son absolutamente duros de convencer en cualquier plano de negocio, lo cual nos hace pensar que hubo otros motivos para convencerlos de permitir que la Cantina (Ojos Locos) se instale aquí …porque a todos nos gusta la plata ¿verdad?”
Las opiniones estan divididas entre los mismos manifestantes; unos cuantos mencionan que deben de cambiar la ubicación del bar, ya que se encontraría cerca de Downey High School y algunas Iglesias.
Otros cuantos comentan que solo deberían cuidar los códigos de vestimenta y la seguridad del lugar, pero hay quienes aseguran que harán lo posible por pedir la cancelación absoluta de la licencia municipal para el bar.
Uno de los dos caballeros que asistieron a la protesta, Raúl Rosales nos externó su punto de vista:
“Hace unos años al billar que estaba aquí cerca (Downey Billiards) le negaron la venta de licor y show de bailarinas”, critica Raúl. “No entiendo cómo (el Ayuntamiento) a este negocio sí le permitieron instalarse. Tengo mis sospechas… hay funcionarios públicos que pudieran estar ofreciéndose al mejor postor”.
¿De qué se quejan?
Las quejas de algunos residentes, en su gran mayoría mujeres, van desde el trato de “objetos” que le dan a las meseras, hasta la suposición de que este negocio atraerá violencia tanto al interior como al exterior de sus puertas.
Mencionan artículos periodísticos donde reportan que en otras sucursales de la cadena restaurantera con base en Texas, han habido balaceras y violencia.
Adicionalmente, los quejosos afirman que las meseras que atienden el bar, trabajan en lencería o bikini regularmente. Por último también lamentan lo molesto que será el ruido que generarán los altos decibeles de la música ambiental.
Los manifestantes aprovecharon para convocar a más residentes que no estén de acuerdo con la operación del sports bar en la ciudad, a levantar su voz en la siguiente Junta de Concejo el martes 8 de marzo por la noche.
¿Qué dice Ojos Locos?
Según dijo el corporativo en una carta que enviaron al otro periódico local, pretenden aclarar desinformación que el rotativo generó entre algunos residentes:
“…nuestro uniforme estándar incluye falda pantalón y camisetas. La imagen publicada en el artículo (del Patriot) era engañosa al sugerir que nuestras meseras usan lencería como uniforme. Este no es el caso”, dice uno de sus párrafos.
“Además, una cita en el artículo sugirió que nuestros restaurantes son conocidos por atraer conductas delictivas e incluso pandillas de motociclistas. Esto simplemente no es cierto y aparentemente la persona que dijo esto debe haber confundido nuestro concepto con el de una marca diferente«.
El Concejo Municipal pretende establecer estándares de vestimenta para todos los empleados de bares y restaurantes de la ciudad, en su sesión del Martes 8.