Grupos vulnerables como niños, personas de la tercera edad y discapacitados los más afectados, pues peligran al caminar por la calle.
Increíble pero cierto; en Downey ,-como en otras ciudades del condado de Los Ángeles,- las banquetas y/o rampas para discapacitados no existen, y si las hay, los autos no tienen vergüenza en bloquearlas, por lo que los usuarios deben transitar por el arroyo vehicular, ya que las aceras sólo existen en avenidas principales.
Mientras que en calles internas o secundarias, los jardines frontales de las casas se han apropiado del área por donde debería pasar una banqueta, robando espacio para la circulación de un peatón; situación que se agrava en calles donde no existen senderos en ambas partes de la vía.
Lo más preocupante es que afecta más a transeúntes vulnerables, como los escolares y/o las personas con discapacidad física, quienes necesitan caminos con accesibilidad universal. Para los “minusválidos” es imposible transitar por dichas calles.
EVIDENCIAS
En un recorrido por diferentes planteles escolares, este medio pudo percatarse que primarias como la Ward, Imperial, Carpenter; Old River, o secundarias como la West y la Sussman, carecen en sus alrededores de banquetas, por lo que el peligro para sus estudiantes (y padres que los acompañan) es potencial.
La señora Shelonda Wilkins, quien utiliza una silla de ruedas eléctrica y es vecina de la avenida Imperial nos comenta: “Sólo puedo transitar por mi propia cuenta en las avenidas. Recorrer las calles de aquí atrás (de Imperial hacia Foster) es impensable; no hay por dónde circule segura con mi silla”.
En entrevista con Héctor Ochoa, director de Políticas Públicas de Southern California Resource Services for Independent Living (SCRSIL), organización ubicada en Downey que atiende anualmente a 1,200 personas, de las cuales el 60% tiene una discapacidad física, nos confirma que:
“Tenemos varios consumidores (pacientes) que se mueven en sus sillas, y en muchas áreas ellos tienen que ponerse en riesgo usando las calles porque muchas banquetas están quebradas, no existen o no hay rampas en las esquinas”.
Ochoa agrega que las autoridades no quieren invertir en seguridad peatonal: “Increíble que a 30 años de la firma de la Ley ADA, Downey esté empezando a planear vías seguras para discapacitados y grupos vulnerables”.
Hector Ochoa abunda; “Les falta (a los funcionarios) sensibilidad y disposición… Piensen que hay probabilidad de que todos en algún momento estén discapacitados; por enfermedad, por accidente o por la edad.”
Primeras acciones por parte de la Ciudad
En noviembre del año pasado, la compañía KOA Corporation, contratada por el gobierno de Downey, se encargó de realizar auditorías peatonales junto con maestros y padres de familia en algunas escuelas (no en todas), por las vías de acceso a los planteles, y poder hacer recomendaciones al municipio para construir senderos seguros.
Las primarias son: Carpenter, E.W. Ward, Imperial y Old River; pero solamente estos cuatro planteles escolares se verían beneficiados con el proyecto Rutas Seguras, lo que significa que el Municipio es consciente de la problemática, pero su solución es muy limitada.
A pesar de que la Ciudad tiene previsto la construcción de banquetas y rampas en algunos sitios, según se muestra en su Plan Anual de Transición ADA, con números de proyecto: CIP 18-01; CIP 14-18; CIP 19-13 y CIP 14-13, actualizado en noviembre del 2019, la realidad es que no hay certeza del inicio de trabajos y cuánto tiempo tardarán en terminarlos.
Algunos estudios elaborados por Disability Acces Consultants hechos para el Ayuntamiento, datan del 2016-2017, y apenas el año pasado arrancaron las primeras obras de accesibilidad, junto con la rehabilitación general de los parques de la ciudad, por lo que hay que los ciudadanos tienen que armarse de paciencia para empezar a ver cristalizados sus Derechos de Vía Pública.
Lo que dice la legislación
En el Artículo 9 de la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada en la Asamblea General de la ONU se puede leer: “…Los Países adoptarán medidas que incluirán la eliminación de obstáculos y barreras de acceso, se aplicarán, entre otras cosas, a: Los edificios, las vías públicas, el transporte y otras instalaciones como escuelas, viviendas, instalaciones médicas y lugares de trabajo”.
Así lo suscribe la propia regulación de ADA o Ley sobre Norteamericanos con Discapacidades, estipulando que toda vía peatonal debe tener medidas mínimas antropométricas universales para adecuarse a personas que transiten con bastón, andadera, perros guía, otra persona a su lado, o bien sillas de ruedas.
El tope máximo ideal, es de 150cms. o 60 pulgadas de ancho para que una silla de ruedas pueda girar sobre su propio eje, o un tope mínimo de 90 cms. o 36 pulgadas.
Lo cierto es que pasarán años para que todos los ciudadanos circulen seguros por las calles de la ciudad, pero de nada sirve que existan rampas y banquetas, si éstas no van a ser respetadas por los automovilistas, por lo que la Policía de Downey deberá poner especial atención en multar a todos aquellos que bloqueen aceras y rampas.