Editorial
Después de un lamentable zafarrancho observado la noche del martes en la sesión de Ayuntamiento, la nota en los medios locales y la ‘comidilla’ en redes sociales del vecindario fue la pelea pública protagonizada por la alcaldesa Frometa en contra de la concejal Álvarez. ¡Y todo por que ésta última tenía su cámara apagada!
Lamentablemente los items a discutir esa noche pasaron a segundo plano cuando dentro de la primera hora de la sesión, la alcaldesa interrumpió a la concejal en medio de su parlmento, pidiéndole que prendiera su cámara, pues Ávarez se encontraba atendiendo la sesión vía remota.
Sin embargo al concejal Sean Ashton, quien también atendía la sesión por Zoom, igual tenía su cámara apagada y no le pidió lo mismo, por lo que Álvarez se negó a encenderla pidiendo un trato igualitario para ella y Ashton.
A partir de ese momento, la alcaldesa regañó -como lo hace una mama con sus hijos- a la concejal Álvarez durante siete minutos por un conflicto personal.
“Escúchame concejal Álvarez: Estuviste aquí en esta misma sala del consejo una y otra vez exigiendo que mi amigo y ex alcalde (Ricardo Rodríguez) renunciara a este asiento porque no podía estar aquí. ¡Cómo te atreves!”, le recordó alterada Frometa.
Quizás lo mas lamentable -dentro del lamentable regaño de la noche- que se escuchó de parte de la alcaldesa, fue cuando dejó ver la molestia personal que le provoca que la concejal Álvarez fuera electa por la mayoría de votantes del distrito tres:
“…y esta mujer que no tiene el descaro de sentarse aquí en el asiento para el que ‘desafortunadamente’ fue elegida, ¿tiene las agallas para decir que he sido una falta de respeto?”
Acto seguido, la alcaldesa se dirijió a ella como si fuse una criminal y le recordó como si hubiese sido ayer, los antecedentes por lo cual en una ocasión arrestaron a Catherine Álvarez y posteriormente la dejaron en libertad.
Entonces Frometa le dirigió un ultimatum: “…o trabajas junto con el concejo y los servidores públicos de la ciudad o continúas del lado de los manifestantes”.
Finalmente la alcaldesa le dió su ultimo enunciado de la noche: «Es una lástima que en lugar de usar tu posición para unir a una comunidad, continúes generando negatividad, conflicto y división«, aseguró Frometa antes de declarar un receso, levantarse e irse de su asiento.
Es válido decir que por primera ocasión, coincidimos con la pieza editorial del Patriot, donde opinan que fue un lamentable espectáculo para la comunidad lo que se vivió la noche del martes.
Reiteramos lo mismo que ellos: “(La alcaldesa) No debió hablar en ese tono ni utilizar ciertas palabras”.
De acuerdo también, en que; “lo que ocurrió no es una buena imagen para nuestra alcaldesa, nuestro concejo o nuestra ciudad”.
Lo que podemos agregar como Grupo Editorial y líderes de opinión en la comunidad, es que es vergonzoso y lamentable que ‘espéctaculos’ como éste se tengan que observar en una sesión de concejo, donde se supone se tratan asuntos públicos –no personales– y de vital importancia para el bien común de Downey.
¿Están obligados los concejales Ashton y Álvarez a encender su cámara durante sesión de concejo? No; pero deberían.
Álvarez debe intervenir de la manera más transparente en las sesiones, y si acaso su enfermedad le impide asistir en persona, es mejor que no participe, ya que suponemos le duele lo mismo estar sentada en el salón de sesiones que en su casa.
Lo ideal y lo que deseamos como residentes es que todos los concejales acudan en persona a sesionar. La pandemia ya no es un pretexto, puesto que las vacunas y los lineamientos estatales permiten acomodar en espacios interiores a cierto número de personas.
Incluso deseamos y pedimos, que se reabra el salón de sesiones a la prensa y cierto número de personas del público.
El punto de quiebre fue que la alcaldesa Frometa cometió la imprudencia de interrumpir a Álvarez -justo cuando ésta criticaba ciertas acciones pasadas del gobierno municipal-, pidiéndole a la concejal algo que no le pìdió al concejal Ashton (Encender su cámara).
Pero lo que es inaceptable, es que por intolerancia de la alcaldesa, ella se haya tomado la libertad de gastar siete preciados minutos del tiempo de los demás concejales, servidores públicos presentes en la sesión y público en general, para ventilar una lucha personal que tiene contra Álvarez.
Por respeto a todos los antes mencionados, la concejal Catherine Álvarez y la alcaldesa Claudia Frometa deberían ofrecer una disculpa pública, por tan denigrante espectáculo que ofrecieron el martes por la noche.
Pero mejor aún, es que no se repita en lo que resta de tiempo trabajando juntas.
Si acaso es cierta la acusación que lanzó la alcaldesa sobre Álvarez, de que aún sigue juntándose con manifestantes en contra de la ciudad, eso no puede continuar: o está de un lado o está del otro.
Sin embargo, Frometa tampoco puede obligar al estilo de política que debe hacer Álvarez en las tareas como concejal municipal.
Recordemos que Catherine Álvarez llegó al concejo gracias a la línea de oposición que mantuvo contra ciertas acciones del ‘establishment’ que reina en el Ayuntamiento.
Ella debe trabajar junto con los demás concejales por buscar el bien común, sí. Pero no significa que siempre esté de acuerdo con los otros cuatro concejales ni que la alcaldesa le “tire línea”, (pedirle que se alinée siempre con los otros cuatro).
Así pues, como parte de esta comunidad, solicitamos a la alcaldesa y al resto del concejo que eviten a toda costa ventilar publicamente sus divisiones, porque estan generando división también en la ciudad.
La lucha libre o el box, se practican en otros lugares. Los ciudadanos de Downey queremos y merecemos ver cómo se resuelven temas comunitarios que lleven bienestar a la mayoría de los residentes.
Para el filósofo Aristóteles, las diferentes maneras de organizar la vida de la polis (comunidad) no existen para que la gente pueda vivir junta, sino para que pueda vivir bien. (Es decir, no necesitamos pensar lo mismo todos, si no buscar el bien común).